martes, 7 de abril de 2009

LEYENDAS DEL BALONCETO I, THE GOAT

Earl Manigault es para muchos el mejor baloncestista de siempre. Nunca jugó en profesionales; pasó por la cárcel; fue adicto a la heroína…; pero sus ansias de superación le llevaron a vencer sus desgracias para ser considerado todo un ejemplo entre sus vecinos de Harlem. El doble mate, un libro sobre su vida o un par de películas sobre su vida son sólo algunas pinceladas de lo que fue su existencia.Cuando se hace un perfil de un jugador legendario es fácil caer en los tópicos y en la exageración y ése pudiera ser el caso de Manigault. Tal vez ello se deba a que no abunda material sobre sus partidos, por lo que la mayor parte de lo que ha llegado a nuestras manos son declaraciones de los que jugaron contra él y leyendas, muchas leyendas… Lo que sí es cierto es que los que compartieron cancha con él sólo hablan maravillas de su juego.Para Abdul Jabbar, el mejor de siempre Kareem Abdul Jabbar, el día de su retirada, fue preguntado por quién había sido para él el mejor de todos los tiempos. El pívot de los Lakers permaneció callado unos instantes y cuando rompió el silencio afirmó que “podría haber sido La Cabra, Earl ‘The Goat’ Manigault”. Jabbar debe saber algo de baloncesto después de 21 años en la NBA, 6 anillos, 1.560 partidos, de ser el máximo anotador de la Liga con 38.387 puntos. Viniendo de quien se llamara Lew Alcindor no parece que fuera un juicio gratuito,no .Aunque vivió siempre en Harlem, Manigault nació en Charleston (South Carolina) el 7 de septiembre de 1944. Le tocó vivir una lucha diaria por salir adelante, como a cualquiera de sus vecinos. Lo que diferenciaba a este joven del resto era un talento único a la hora de jugar al basket. A los 17 años comenzaba ya a hablarse de él, era el comienzo de su historia como baloncestista.La mítica Rucker League iba a ser el escenario en el que se iba a dar a conocer. En esta competición veraniega se juntaban los mejores jugadores de playground con algunos de los jugadores profesionales de más renombre: Lew Alcindor, Earl Monroe, Julius Erving, Connie Hawkings, Jackie Jackson o Helicopter Knowings. De esa época viene el apodo de La Cabra, debido a sus espectaculares saltos (dicen que su salto vertical era de 1.35 metros). Sin embargo otra teoría afirma que el nombre le viene de la imposibilidad de uno de sus profesores en pronunciar bien su apellido, lo que derivó en apodo, The Goat. Sea como fuera, el caso es que desde su 1,85 Earl lograba alcanzar una elevación inimaginable.El doble mate Pero no sólo de salto vive el jugador, aunque ayude… Manigault era capaz de crear cosas nuevas nunca vistas en el mundo de la canasta, el caso más conocido, y por el que su nombre es más conocido, sin duda es el doble mate. Por muchos concursos que hayamos visto en los últimos años, nunca hemos llegado a ver a nadie irse hacia el aro, meterla para abajo con la mano derecha, atrapar el balón con la izquierda antes de que caiga y volver a cambiarlo de mano para volver a machacarlo con la diestra. Suena a jugada inverosímil, pero para alguien como The Goat no lo era…No se sabe cuanto hay de literario en esta jugada maestra. De lo que no hay duda es de que ha hecho correr ríos de tinta. En 1980, el escritor Barry Beckham publicaba el libro Double Dunk (Editorial Holloway House). La obra se reeditó en 1993 (Editorial Beckham House). El tomo describe el ambiente de los playgrounds, nos habla de sus jugadores, pero sobre todo rinde homenaje a la figura de Manigault y a su obra maestra, el doble mate. Entre otras de sus hazañas, algunos afirman haberle visto pisar la frente de un oponente en su camino ascendente hacia el aro. La mítica jugada de los saltarines de coger monedas de cuarto de dólar de lo alto del tablero también figuraba en su currículum. Su afición por las apuestas le llevó a ganar 60 dólares después de meter 36 mates seguidos de espaldas en un partidillo. Además, en su etapa de High School logró el récord de anotación de la historia de Nueva York con 52 puntos.Sus problemas comenzaron al ser expulsado del Harlem’s Benjamin Franklin High School por consumo de marihuana. Manigault no se rindió y terminó sus estudios en el Laurinburg Institute de North Carolina. Su acceso a la universidad era inminente y cerca de un centenar de colleges llamaron a su puerta, entre ellos Indiana, North Carolina y Duke. Sin embargo, su decisión final le iba a llevar a la Johnson C. Smith University, un modesto centro en el que predominaban los estudiantes afroamericanos. Las cosas no le iban a ir bien, tuvo problemas con su técnico y sus notas no eran buenas. Sólo resistió un semestre antes de volver a Harlem. Ahí cayó en las tétricas redes de la heroína y su vida cambió por completo. El robo y la mendicidad ocupaban todas las horas del día a la búsqueda de dinero para conseguir una dosis.Una vida de superación Son sus peores momentos y los paga con la cárcel. En 1969 y 1970 pasará 16 meses tras los barrotes por posesión de droga. Y entre 1977 y 1979 regresa a prisión, esta vez por intento fallido de robo. Pero la vida de Manigault está marcada por las ansias de superación. Primero vence su adicción a la heroína y, segundo, consigue no volver a caer en la delincuencia. Supo rehacer su vida y, de hecho, en los meses anteriores a su muerte (un paro cardiaco acabó con él el 16 de mayo de 1998) Earl dedicaba todos sus esfuerzos a la organización del campeonato Walk Away from Drugs, participaba en el programa Stay at School de la NBA, además de ser parte activa y comprometida en la vida de su Harlem querido. Dos años antes de su muerte, la HBO realizó una película para la televisión titulada Rebound. The Story of Earl ‘Goat’ Manigault. El film fue dirigido por Eriq LaSalle y protagonizado por Don Cheadle (Ocean’s Eleven, Traffic o Boggie Nights). En el largometraje se presenta al mito como “el mejor jugador de baloncesto que nadie haya conocido”. Otra película basada en la vida de Manigault es More than a Game.En la actualidad, los neoyorquinos playgrounds de la calle 98 con Amsterdam Avenue, donde él maravillara con sus aciones, llevan el nombre de Goat Park en homenaje a la figura de uno de los que más cosas nuevas supo hacer dentro de una cancha de basket: Earl The Goat Manigault.
Redgrafía.- siemprebasket.blogspot.com

BAR LA ROCA, COLABORADOR DEL CB PUENTE PRIMERO.